lunes, 17 de mayo de 2010

breve historia sobre el número 7


Siete proviene del latín séptem, séptimo. De acuerdo a la Real Academia Española, es un signo o conjunto de signos con que se presenta el número siete. Buscando el origen de este número, observamos que los primeros sistemas reales de numeración que conocemos pertenecen a egipcios y sumerios. Lo egipcios adoptaron el 10 como base para su numeración, partiendo de que la mano tiene cinco dedos y las dos manos 10. En tanto que los sumerios se circunscribieron a un sistema sexagesimal; es decir, de base 60. Sesenta constituía la primera gran unidad y sesenta veces sesenta (3,600) fue por mucho tiempo el número más allá del cual no se concebía pudiera haber más números, y de aquí su nombre de sar (círculo, totalidad)

Con el tiempo el sistema decimal fue suplantando al sexagesimal, pero en los cálculos matemáticos de los sacerdotes y sabios el sistema sexagesimal continuó siendo indispensable para verificar cálculos complicados, a la vez que se convertía en una especie de numeración secreta. Sin embargo se encontraron con números que eran difíciles de transcribir con dicho sistema, el primero de los cuales era 1/7; les era imposible expresar la séptima parte de algo mediante fracciones sexagesimales, pues se requería de complicadas operaciones.

Esta irreductibilidad del número siete hizo que lo consideraran mal agüero y lo atribuyeron a los demonios divinos, los cuales eran siete veces siete; es decir, totalmente irreductibles. De aquí se deducía que lo más prudente era no emprender ningún trabajo en los días 7, 14 y 28 de cada mes. Ese fue uno de los orígenes de la semana, y si bien el Génesis y demás libros sagrados de los hebreos hicieron desaparecer el sentido maléfico del siete, todavía lo sacralizaron más.

El Uno de los pitagóricos no es la unidad uno menor de 1,1 y mayor de 0,9, sino que es la unidad fundamental; toda cosa que exista es uno y dos será la dualidad como otro opuesto al primero. De aquí que el número sea la alternancia entre la unidad y la dualidad, entre lo impar y lo par, entre lo limitado y lo ilimitado.

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